Estos días han sido de abundantes lluvias en el oeste salmantino y he podido sobrevolar nuestro Río Águeda tomando diferentes imágenes.
Este curso de agua es la clave del oeste salmantino, su fauna, sus gentes y su vegetación y áreas forestales.
En primer lugar quiero mostrar una comparativa de la crecida vista desde el aire, la primera imagen cuando comenzaba este periodo de lluvias y la segunda de los días que estaban acabando. Se aprecia la crecida, engullendo parte de la vegetación de ribera y entrando cada vez más el agua en la zona de la pesquera, sin embargo gracias a la gran labor realizada laminando las avenidas, a través de la Presa de Irueña y la Presa del Águeda estas crecidas son controladas bastante bien.
A continuación os muestro alguna fotografía donde se conjuga el patrimonio monumental y natural de la ciudad.
El patrimonio monumental de Ciudad Rodrigo es incalculable y solo puedo recomendaros una visita. Aparte de esto, nos centraremos en el patrimonio forestal al que da vida el Río Águeda.
Alberga gran cantidad de fauna y flora, atesorando importantes zonas recreativas y de baño como la «Isla del Picón» o «La Pesquera». Además gracias a sus aguas se riegan todas las huertas y rincones forestales que lo enmarcan en ambos márgenes.
En estas tomas observamos una chopera, cultivo forestal sirve de gran sumidero de carbono, y que como se puede ver, posee gran simetría para facilitar los cuidados culturales que deben realizarse al arbolado a lo largo de los años. También una familia de patos que se movía a través del río.
Las imágenes anteriores de naturaleza pura, se oponen totalmente a la que veremos a continuación, algo de lo que se va a observar en la ciudad a corto plazo, cuando terminen de montarse todas las plantas fotovoltaicas que hay planeadas en los alrededores de Ciudad Rodrigo, suprimiendo tierras de cultivo y reduciendo nuestras capacidades de soberanía alimentaria, por un mar metálico que rodeará el municipio.