La procesionaria, plaga muy abundante en los pinares, ha abandonado el bolsón para dirigirse al lugar del enterramiento, este será en un claro o borde del monte. Como curiosidad me gustaría indicar que a la cabeza de la procesión, siempre va una oruga hembra, al parecer mejor dotada.
Las orugas recién nacidas miden unos 2,5 mm. y durante la vida sufren cuatro mudas, llegando al quinto estadio con 25-40 mm. de longitud. Como curiosidad hay que conocer que cada individuo posee pelos urticantes. Éstos se terminan de formar en el tercer estadio y siguen incrementando su cantidad en el cuarto y el quinto, quedando formado en este último el dispositivo urticante.
El aparato urticante consta de abundantes pelos laterales en abdomen y tórax, que varían entre los colores blanco, amarillo, naranja y rojizo. Se forma a partir de los repliegues del tegumento, formando un estuche en el que se alojan espesas matas de diminutos dardos urticantes. En el momento que la oruga está tranquila y quieta el dispositivo está cerrado, pero cuando la oruga se agita se abre y libera miles de estos pelos, que contaminan el ambiente, y pueden producir urticarias y alergias.
Las orugas son gregarias en todos los estadios de la vida en un bolsón. Este bolsón les sirve de protección para cumplir todos los estadíos de su vida. En plenos pinares, los daños se observan, en la desaparición y amarilleamiento de las acículas debido a que se alimentan de ellas vorazmente durante el día.
Para la reducción de sus poblaciones, uno de los mejores sistemas es la colocación de trampas, sin embargo este sistema no sirve para su control total. Para ello, lo más recomendable es cortar y quemar los ramillos con cada bolsón, siendo el mejor sistema para su erradicación. En monte esto es difícil, sin embargo en parques y jardines de ciudades sería lo ideal.
