Hablemos del jabalí (Sus scrofa). Fauna en la provincia de Salamanca.

Buenas a tod@s.

 

A continuación intentaré dar a conocer un fantástico animal de nuestro entorno, muy extendido por todo el país y fácilmente observable en cualquier salida, tanto campestre, como en nuestras carreteras y caminos: el jabalí (Sus scrofa). Trataré esta especie cinegética, su hábitat, sus costumbres, alimentación y el estado en la provincia de Salamanca. Además como ya hice con otras pasadas entradas como la dedicada a la liebre ibérica o la dedicada a la perdiz roja, os quiero mostrar algún texto o refrán de nuestra literatura o uso común.

 

También os dejo un breve resumen de la entrada en inglés.

 

Viejo macho nos observa un atardecer.

 

 

 

 

 

Se trata de un animal imponente, corpulento y fuerte, capaz de adaptarse rápidamente a cualquier cambio en su entorno y también de salir airoso de las trampas que le tiende el hombre.

Lámina a lápiz y acuarela de un gran macho entre la siembra. Por C. Victoria Romo.

 

 

Los machos pueden llegar a pesar 150kg, pero normalmente oscila entre 90 y 100 kg.
Las hembras son más pequeñas y su hocico es más prolongado y sus colmillos menos desarrollados. Su altura es de unos 75 cm y longitud de 1,30 m. El colorido es de negro a gris de adultos, pero presentan un pelaje para cada edad y pera cada estación. Las crías o jabatos nacen con unas características rayas longitudinales a lo largo del cuerpo, lo que les ha dado el nombre de rayones.

Éstas desaparecen a lo largo de los primeros 4 o 5 meses de vida pasando del rojo bermejo al año de edad y al marrón o negro en los ejemplares adultos. Muda dos veces al año, siendo más claro y corto el pelaje de verano que el de invierno.

 

Se mantiene expectante.

 

Familia, se observan los pequeños rayones. Jugaban y comían entre los robles.

 

 

La edad no está relacionada con el tamaño. Por ello en adultos el método más eficaz es la dentadura de la mandíbula inferior. Poseen 44 dientes y sus defensas se exponen como trofeo.

Hasta los tres años se intenta observar la edad por el número de muelas y posteriormente por anchura de las navajas en la base y al comienzo de la zona de desgaste. La edad a simple vista es muy difícil de distinguir.

Los colmillos, el tórax desarrollado o la crin erizada son típicos de machos. El ser seguido de rayones casi seguro que es hembra.

 

Tienen diferentes denominaciones según la edad:

 

Jóvenes jabalíes, probablemente bermejos.

Macho tras un baño, se observan sus cerdas húmedas y embarradas.

 

 

En cuanto a su alimentación son omnívoros oportunistas, consumen frutos (bellotas, castañas, uvas), raíces, tubérculos, lombrices, hierbas, cultivos, setas, insectos, gusanos, caracoles, reptiles, roedores, carroñas, etc.

Los frutos son el 80% de su alimentación en otoño, las bellotas son el 50% de su alimentación en invierno y los cultivos son su alimento principal en verano, gusta por el maíz y avena,  provocando daños en la agricultura. En primavera el jabalí consume sobre todo las partes subterráneas de las plantas, raíces, bulbos, rizomas, tubérculos, lirios y trébol. Los alimentos de origen animal que consume son menos del 10% de su régimen alimenticio. Desempeña una misión de equilibrio forestal al consumir insectos perjudiciales para la madera, lombrices, pequeños mamíferos e incluso cadáveres de otros animales. Por donde pasa siempre deja el rastro de sus hozaduras.

 

Hozaduras, se aprecian muy bien en la hierba.

 

 

Durante el día es normalmente sedentario, pero durante la noche puede recorrer distancias de hasta 15 kilómetros, teniendo un espacio vital entre 1.000 y 12.000 hectáreas. En épocas de celo los machos son expulsados de las piaras y efectúan desplazamientos de cierta importancia. Tienen un olfato y oído privilegiado que los utiliza para la defensa y la localización de alimento.

 

En cuanto a la piara de jabalíes debemos saber que es una sociedad de tipo matriarcal, compuesta por hembras adultas (de 5 a 6), pudiendo ser hermanas, primas o hijas y nietas y su prole. La piara posee su jerarquía precisa en la que cada animal ocupa un lugar determinado. La presión actual de la caza no favorece la constitución ni el mantenimiento de grandes piaras, ya que son blanco fácil y tienden a dividirse.

 

La madurez sexual en la reproducción de esta especie llega entre los 8 y los 20 meses. Durante el período de celo, normalmente de noviembre a enero, (aunque puede tener dos celos en años de bellota abundante), el jabalí macho busca hembras receptivas de un modo tan activo que a veces llega a olvidarse de su propia alimentación. En cuanto encuentra una piara, comienza expulsando a los jóvenes del año anterior. En caso necesario, lucha contra sus rivales para conquistar a las jabalinas, generalmente dos o tres, pero en ocasiones pueden ser bastantes más.

 

Jabalíes un día que caía una fuerte tromba de agua.

 

La gestación suele durar tres meses, tres semanas y tres días. Poco antes del parto, generalmente sincronizado en las hembras de un mismo grupo, cada hembra gestante se aísla al abrigo de un árbol o de un matorral tupido y prepara una cama en forma de caldera, a veces tapizada de vegetales, llamada nido.

 

 

 

Una joven jabalina da a luz a tres o cuatro jabatos. Mientras que una de mayor edad y tamaño puede llegar a tener hasta seis crías frágiles casi imberbes. Puede ovular cada 21 días, aunque varía con numerosos parámetros y solamente es receptiva 1,5 o 2 días. Las crías nacen con un peso de entre 600 gramos y 1 kilo. Son destetados a los 3 meses.

 

Estamos tratando una especie que siempre tuvo enemigos naturales, pero estos, con el paso de los años cada vez son menos, quizá uno de los principales motivos de la sobrepoblación que existe actualmente en algunos lugares. Si citamos los enemigos naturales del jabalí, el primer párrafo debe ir dedicado al lobo ibérico, animal que ha despertado amor y odio a partes iguales en nuestros campos. Él es uno de los alimentos favoritos de estos cánidos y por lo tanto una de sus principales amenazas que globalmente no repercute o lo hace en muy pequeña medida en las poblaciones de este ungulado. En menor medida otros depredadores son los linces, águilas y zorros, siendo principalmente los causantes de la muerte de rayones y jabalíes jóvenes. Sin embargo no son los predadores naturales los causantes de la disminución y el control de esta especie animal tan prolífera.

 

 

El impacto del hombre en las poblaciones de jabalíes es palpable, sin embargo no llega a ser notorio debido a lo que hemos venido hablando durante todo el artículo; su facilidad de adaptación a casi todos los hábitat y el ser una especie muy prolífica y oportunista. Esto hace que sea un animal que puede cazarse de una forma sostenible a lo largo de todos los años. La caza se debe realizar con una adecuada gestión de sus poblaciones, siendo lo más importante que nunca falten jabalíes de un rango de edad determinada y al contrario de la creencia popular de cazar los mayores machos, siempre deben existir cerca de la manada ejemplares viejos que proporcionen a los jóvenes, educación y conocimientos.

 

 

Además de estos enemigos, el jabalí debe hacer frente a múltiples enfermedades, al igual que el cerdo doméstico, pero debido a que viven en densidades más pequeñas y que son una especie silvestre, lo sufren en menor grado. Las principales son:

 

A continuación hablaré de su hábitat y su actividad en la Provincia de Salamanca:

 

Es una especie cosmopolita, tiene una sorprendente capacidad de adaptación, lo que hace que se aclimate a la mayoría de biotopos. Su vida transcurre fundamentalmente en el bosque y en sotobosques espesos con matorrales y arbustos espinosos, en zonas recónditas. También gusta de encinares, robledales, pinares, áreas de matorral mediterráneo o cultivos de maíz que le gustan extraordinariamente y en los que causa grandes daños. Los cañaverales que rodean zonas húmedas son también lugares de su agrado. Sin embargo, y cada vez más, se está adaptando a lugares cercanos al hombre, Como conclusión podemos decir que es una especie que se adapta muy bien a todos los terrenos, siempre que cumplan sus exigencias: agua, alimento, tranquilidad y cobijo suficiente.

 

En la provincia de Salamanca se extiende por toda la provincia, tanto en las sierras del sur como hacia el norte en la zona de Arribes. También abundante en el este en las áreas de cultivos donde encuentra alimento fácilmente. Algunos de los biotopos en la provincia de los que más gusta el jabalí son: los jarales y brezales, los arroyos surcados por zarzas y otra vegetación espinosa, los escobares, las zonas con abundantes madroños, los bosques de robles con abundantes helechos. Cabe indicar que entre los madroños y los helechos están muy frescos, realizando camas y carriles entre estos donde se camuflan.

 

Valle de las Batuecas. Madroños y matorral mediterráneo sirven de cobijo a jabalíes.

 

                                                         

Valle de la Vega el Pernal en Villar de la Yegua. Abundantes zarzas en el valle.

 

Zona de encinar y escobar que sirve de cobijo y donde son frecuentes las camas.

 

Riscos del río Águeda. Matorrales como jaras, escobas y zarzas en las laderas del río.

 

Gustan mucho de sus baños en charcas y lagunas para refrescarse. También en zonas donde han quedado restos de gasolina o aceite donde hacen sus revolcaderos con el fin de desparasitarse. Posteriormente buscarán un buen rascadero, el cual será un árbol o incluso alguna roca cercana, gustan mucho de los pinos gracias a su superficie rugosa y a la resina.

 

 

Denominado de múltiples maneras según el ámbito y la zona geográfica el jabalí, marrano, guarro o cochino, ha dado pie a lo largo del tiempo a múltiples frases, refranes y dichos populares, además de historias de amor – odio. Cazado por razones alimentarias y del gusto de cazador porque es un animal aguerrido, valiente y difícil. A continuación desgranamos algunas de estas frases y dichos:

 

Se dice que: donde hay jabalí, ni conejo ni perdiz. Haciendo referencia a su capacidad omnívora y su voracidad, aprovechando conejeras, pequeños gazapos y nidos de perdiz.

 

El soldado debe tener, asalto de lebrel, huida de lobo y defensa de jabalí.

 

A madres y a rayones, ni con flechas ni cañones. En el que se indica que se deben proteger y respetar las madres y los rayones.

 

Si tiras escudero nunca verás macareno. En el gremio cinegético es bien conocido el escudero que es un joven macho que va aprendiendo de su progenitor y que en los momentos clave suele saltar primero siendo el más expuesto ante el peligro y facilitando que el gran macho pueda escapar
más fácilmente.

 

 

Para terminar os dejo con un dicho naturalista que a todos nos gustaría aplicar, sería tener la vista del águila, el oído del venado, del jabalí la nariz, la astucia del zorro, y del tejón el tesón. (Gracias a: www.refranesdeesperistas.blogspot.com)

 

Hasta pronto.