Desde el aire, la Ruta de los Mil Colores es alucinante. Imagina volar sobre un mar infinito de rojos intensos, naranjas fuego, amarillos dorados y verdes esmeralda… Eso es exactamente lo que pasa cada otoño en la Sierra de Francia: los bosques de castaños, robles y cerezos se transforman en una auténtica paleta de pintor, y visto desde el aire… ¡te deja sin palabras!
Los valles y arroyos se convierten en un tapiz vivo que te roba el aliento. La Ruta de los Mil Colores (que une Madroñal, Cepeda y Herguijuela de la Sierra) es un sendero circular de unos 10 km en el Parque Natural de Las Batuecas, perfecto para una escapada otoñal. Pueblos con encanto, arquitectura tradicional, riachuelos cristalinos, robledales y castañares que se visten de fiesta con las hojas caídas. ¡Y ese aroma a tierra húmeda y castañas asadas que impregna todo! Echa un vistazo a este vídeo a vista de dron y enamórate al instante:
Es una ruta, de la que tenía muchas ganas de mostrar mi visión, ya que como os muestro, deja con la boca abierta a los senderistas más intrépidos.
Recorrer las zonas de cerezos, castaños, robles, madroños, viñedos y olivos es una delicia en esta época del año.
Para terminar queda muestra de los bosques que rodean Madroñal, un pequeño municipio de 135 habitantes que se encuentra metido en una vaguada. En él la gente es acogedora y se pueden probar los mejores vinos de la Sierra de Francia.










