Ruta de la Cueva de la Reina Mora. Qué ver en La Bastida, Sierra de las Quilamas (Salamanca).

Al sur de la provincia de Salamanca, en la zona más septentrional de la comarca española de la Sierra de Francia y del Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia, se encuentra la Cueva de la Reina Mora, un lugar fascinante, lleno de misterio en plena Sierra de las Quilamas, situado geográficamente entre el municipio de La Bastida y Navarredonda de la Rinconada.
Es un itinerario de media complejidad y de singular belleza, digno de ser visitado en otoño, y que transcurre con unas vistas espectaculares, tanto a
varias vaguadas, a las cumbres de la propia Sierra de Quilamas como a las cumbres y entorno de la Sierra de Francia.

 
Summary
 
 
Hi friends!
 
 
In this post I’m going to write about “La ruta de la Cueva de la Reina Mora”, in the South of Salamanca. This route is located between the villages of Navarredonda de Rinconada and La Bastida. The cave can be observed  in the middle of a quartzite rock while we ascend the path, this spectacular view causes a feeling of peace and mystery, even though people don’t know the history and legends that the zone has.
We can walk in a beautiful and wild area with several types of rocks and species of plats, making the hiking trail through the forest very entertaining.
 
I wish you enjoy reading its post. Bye!
 
 

La ruta transcurre entre bosques aclarados de robles melojos o rebollos (Quercus pyrenaica), pinares de pino resinero (Pinus pinaster), en los alrededores también se tienen dispersas encinas (Quercus ilex) y escasos castaños (Castanea sativa), siendo lo más reseñable el estrato arbustivo que es el más abundante y en ocasiones es el único existente, como en la última parte de la ruta. Los madroños (Arbutus unedo), brezales (Erica sp.), escobares (Citisus sp.), gatuñas (Genista falcata) y los jarales (Cistus sp. y Halimium sp.) son los principales representantes de este estrato. Las cuarcitas y las zonas húmedas están presentes como parte del paisaje.

 
 

Vistas de los valles durante la
ruta a la cueva.

 
Es una ruta que no se encuentra muy preparada y señalizada, pero es probable que, quienes disfrutamos con la naturaleza, valoremos más este entorno, salvaje y agreste que otros en los que el itinerario está marcado y más preparado. Pero para que juzguéis por vosotros mismos mejor debéis visitar la ruta.
 
 

Roble centenario. En plena
primavera los cantuesos, carquesas y brezos colorean el paisaje.


Brezo blanco (Erica arborea), en plena floración.

 
 

Vista primaveral de los valles de Quilamas. Con un precioso cielo.

 
Desde una cierta distancia ya se empieza a intuir en los canchales cuarcíticos la existencia de la cueva. Un orificio en plena montaña.
 
 

Vista del área al que nos dirigimos.

 

Cuando nos encontramos más cerca, ya en la parte más compleja del camino, rodeados de matorral, con brezos y jaras en ocasiones muy altos, se aprecia perfectamente la perforación, allí nos encaminamos.

 
 

Cresta de la sierra, por debajo se encuentra la cueva.

 

La zona se denomina Peña de la Bolanca y aquí está la Cueva de la Mora, misteriosa y enigmática, albergando diversas leyendas muy conocidas en los alrededores y municipios de la zona.

 
 
Fin de la etapa.
 
 
Cueva de la Mora, posiblemente
fuera una mina o un refugio.
 
 

El acceso como se puede ver no es
sencillo.

 

Posteriormente ya en la cueva se aprecia que el lugar es increíble, invita a quedarse allí a relajarse y disfrutar de las espectaculares vistas de toda la zona.

 

Vista desde el interior de la cueva, espectacular.

La cueva de la Reina Mora es un pozo vertical de entre 8 y 10 metros, que llega a otra  galería horizontal que posee unos 25 metros, a cuyo final se divide en dos túneles cegados, uno ligeramente ascendente hacia San Miguel de Valero tapado por piedras y otro descendente que también está cegado por piedras.
 
A continuación varias leyendas, acerca del lugar, publicadas en «La Gaceta de Salamanca», espero que os gusten.
 
 
Este pozo posee diferentes leyendas, una, la más llamativa, dice que en este lugar en las noches claras, sobre todo por San Juan, brota del fondo de la cueva un conjunto de ruidos y lamentos: es el espíritu de la princesa mora, quien permanece sujeta a un encantamiento. A veces sale de su escondite y entonces se la puede ver en las inmediaciones del río Quilamas, con el que se comunica mediante un pasadizo desde las entrañas de la cueva.
 
 
La leyenda relaciona este lugar como el refugio del último rey godo Don Rodrigo y de su bella amante la reina Quilama, que huyeron por este lugar que comunica con el pico del Castillo Viejo de Valero. También cuenta la leyenda que en su interior en intrincados laberintos y pasadizos se encuentra escondido el tesoro del rey godo Alarico.
 
 
Otra leyenda que se decía en la zona, es que par los pastores de antaño que recorrían estos parajes acompañando a sus rebaños, la Cueva era una mansión infernal, un antro de seres malignos, cuyas carcajadas y risas estridentes y horribles llegaban en las noches invernales hasta los chozos en los que dormían. El caso es que un albañil que se aventuró en la gruta en busca del tesoro, desapareció y no se volvió a saber más de él, engullido en las profundidades.
 
 
 Desde el interior de la cueva un día claro, tenemos unas preciosas las vistas de toda la Sierra de Francia.
 
 
Se aprecia al fondo el monasterio de la Peña de Francia.
 
 
Cortados cuarcíticos al lado de la Cueva.
 

Desde el interior de la oquedad se accede a un túnel de 8 o 10 metros por el que se llegan a dos galerías. Pero esto solamente está disponible para expertos en escalada y que cuenten con el equipo adecuado.

 
Pozo vertical de entrada a la cueva, de entre 8 y 10 metros. Como se aprecia la protección ante un posible resbalón o caída es casi nula.
 
 

Tras un gran rato en el que puedes descubrir los misterios y empaparte de lo que allí se respira (para ello lo ideal es haber buscado previamente la historia de la Cueva de la Reina Mora, y la Reina Quilama y otras leyendas), se comienza la bajada, brusca, empedrada y con abundantes brezos. La cuarcita y el matorral nos acompañarán de nuevo gran parte del camino, en él podremos observar el vuelo del buitre y otras aves, reptiles y con suerte mamíferos, como zorros o jabalíes.

 

 
Al ir bajando por esta zona escarpada se debe caminar con sumo cuidado.
 
 
Sierra que acabamos de dejar atrás, allí se ve la oquedad de la cueva. Hasta la próxima.
 
 
Lagartija colilarga (Psammodromus algirus).
 

Acercándonos de vuelta al municipio de La Bastida nos encontramos el Área Recreativa de Huerto de la Piedra, un precioso robledal con barbacoas donde tomarnos un descanso. Cuenta con agua potable, un quiosco, un refugio y parque infantil, con columpios y otros servicios. Estos robles cobijaban a una pareja de Picos picapinos (Dendrocopos major) que te dejan extasiado con sus martilleteos.

 

Pico picapinos hembra en rebollo.
 
 
Dentro de los pájaros carpinteros, el pico picapinos es el de tamaño mediano, similar a un estornino y con un color carmesí intenso en mayor medida en el macho. Las imágenes previas son de una hembra, ya que en la parte occipital de la nuca no posee mancha roja.
 
Dos características llamativas y propias de estas aves son.
 
  • Larga lengua, se recoge en un gran estuche oseo que lo rodea, ya que no cabe en la boca.
  • Estructura ósea engrosada y esponjada, puesto que necesita amortiguar los efectos de los fuertes golpes en el cerebro.
  
Muy bonita esta ave.
 

Bueno amigos pues espero que os haya resultado interesante la entrada, hayáis conocido más sobre la zona, el pico picapinos y os animo a visitar la zona y si la visitáis, la disfrutéis.

Hasta pronto!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *